El lunes llegó rápidamente, como si el fin de semana nunca hubiera existido. Cynthia se despertó temprano, como siempre, y vió a Estrella dormida en su cama, abrazada a su almohada. Su hija parecía estar más tranquila. Quizás ayer fue un buen domingo familiar.

Clara, en cambio, no dejaba de dar vueltas por la casa y su energía rebosando por cada rincón. Siempre tan activa, como si la calma fuera un lugar lejano para ella. La emoción la hacía mover rápido, no se detenía, y había veces que hacía que Cynthia, no la podía seguir.

Clara era una saco de energía.

El desayuno transcurrió entre risas y charlas sobre las pequeñas cosas del día anterior. Estrella, más habladora, concentrada en su vaso. Clara, por su parte, no dejaba de preguntarle a Estrella por la clase de ciencias, queriendo saber cómo le iba a su hermana en la secundaria, mientras que la niña mayor sonreía con una dulzura que reflejaba el cansancio de días pasados.

Las vacaciones de fin de curso parecían estar completamente l