Capítulo 11: Enojo.
Esa noche, mientras Cynthia terminaba de organizar unos papeles en la oficina, Clara se acercó sigilosamente a Mathias en la sala común. Él estaba sentado en el sofá, con un cuaderno de planificación en el regazo, pero su mirada estaba fija en ningún lugar.
Tenía la mirada perdida.
Clara se trepó sin decir nada y se sentó a su lado. Estaba con su pijama de estrellitas y abrazando a su unicornio. A Cynthia se le había hecho tarde y la pequeña decidió cambiarse de ropa.
—¿Estás triste?
Mathias parpadeó, sorprendido. No había notado su presencia.
—¿Yo? —intentó sonreír—. No… Bueno, tal vez un poquito.
Clara apoyó la cabeza en su hombro.
—Cuando estás triste, los ojos te brillan distinto. Como cuando llueve, pero no hay truenos.
Mathias tragó saliva, conmovido por esa simple verdad.
—Es que hay días en los que uno recuerda cosas que duelen.
—¿Como cuándo se extraña a alguien que no está?
Él asintió.
—Sí. Justo así.
—¿Te pasó algo hoy?
—Me acordé de alguien que amé mucho, pero que nunca c