95. DECISIONES IMPORTANTES
KAESAR:
Habíamos regresado a la montaña, un lugar que pertenecía a ambos territorios. No dejé que Kaela aullara a mi lado para no alertar a cada manada de que estaba viva; era mejor que siguieran creyendo que había muerto. Que temblaran al saber que yo, el último Alfa Real, buscaba justicia.
Mi lobo, Kian, rugía impaciente dentro de mí, sediento de venganza. Sentía cómo sus garras arañaban mi interior, exigiendo salir y destrozar a todos los que nos habían traicionado. Pero no. Esta vez necesitaba mantener el control.
—Tranquila —le susurré a Kaela, a mi lado—. Nadie volverá a tocarte.
Alcé la vista hacia la luna, sintiendo su poder atravesar cada fibra de mi ser. Los aullidos de mi manada resonaban como un coro de guerra, recordándome que no estaba solo. Que los Alfas Reales existimos por una razón: mantener el orden. Y mi primo había cruzado todos los límites.
—Kian —murmuré, sintiendo el poder ancestral correr por mis venas—, pronto tendrás tu venganza.
Sentí a Kaela move