KAESAR:
Coloqué a mi luna sentada, recostada contra una piedra. Sabía que mi lobo Kian tenía razón; por mucho que quisiera ayudar a Kaela, no podía tomarla yo. Me dejé caer a su lado. Mi beta, Otar, se mantenía alerta, y fue entonces cuando vi a la omega Nina detrás de unos arbustos.
—Otar, ve a mirar si está viva. ¿Ves al beta Rouf de mi Luna? ¿No debería estar con ella? —pregunté, percatándome de ese detalle. —Están los dos heridos e inconscientes aquí —dijo mi beta—. ¿Qué fue lo que sucedió? No quiero adelantarme, mi alfa, pero creo que debes venir a ver. Me parece que tu Luna fue quien los hirió. La sorpresa me golpeó. ¿Kaela había hecho eso? Mi mente se debatía entre la incredulidad y la certeza de que siempre había más de lo q