Ethan estaba de pie junto a la ventana, observando el jardín sin realmente verlo. Su mente estaba en otro lugar, centrada en Adrián, en su promesa de llevarlo de vuelta con él, en cómo las cosas parecían complicarse más con cada paso que daba. Pero había algo más, algo que sentía en el pecho, que no podía ignorar. Una incomodidad sutil, pero insistente, que le quemaba por dentro.
—¿Ethan? —la voz suave de Ava lo sacó de sus pensamientos.
La miró de reojo, y ella estaba frente al espejo, vistiéndose. El sonido de la tela deslizándose sobre su piel le hizo detenerse un momento. La imagen de Ava con esa camisa de él, tan suya y al mismo tiempo tan ajena, lo hizo sonreír sin querer.
Ella se acomodó la prenda y lo miró a través del espejo, notando la expresión pensativa de Ethan.
—¿Qué pasa? —preguntó, con una sonrisa preocupada en sus labios.
Ethan dejó escapar un suspiro y caminó hacia ella, pero sin apartar los ojos de su vientre. Ava se dio cuenta de inmediato de que él no dejaba de m