POV CLARA
—¿Tiene jengibre? —pregunto, arrugando la nariz mientras sostengo la taza tibia entre las manos.
—No, tranquila —responde mi mamá con su tono pausado, pero firme—. Solo manzanilla, lavanda y un toque de canela. Nada que pueda hacerle mal al bebé. Palabra de madre bruja.
—Y de matriarca controladora de las infusiones —agrega Marina con una sonrisa burlona, mientras moja una galleta de avena en su taza—. ¿Podemos ponerle un poco de chocolate? ¿O también está en la lista negra prenatal?
—El chocolate no es el problema —intervengo conteniendo una risa, recordando un momento divertido con mi prima—. El problema es que, si le ponemos azúcar, Marina se pone a bailar.
—¡Una vez! ¡Una sola vez me subí a la mesa! —responde Marina indignada, provocando una carcajada general.
La escena parece sacada de otro mundo. Estamos reunidas en la casa principal, en una sala amplia y llena de luz, rodeadas de tazas humeantes, budín de zanahoria, galletas de avena, frutas frescas, telas ceremoniale