C120: Cometí un error imperdonable.
Rowan asintió sin inmutarse. No esperaba otra respuesta. Se puso de pie con un movimiento seguro, abotonó el saco con calma y, sin más palabras, salió de la cafetería dejando tras de sí el suave eco de sus pasos.
El aire exterior lo recibió con un golpe de realidad. Afuera, la vida seguía como si nada: coches avanzando, gente conversando, luces de neón encendiéndose a medida que la tarde se apagaba. Pero para él, todo había cambiado.
Caminó unos pasos hacia su automóvil mientras la decisión se solidificaba en su mente: encontraría a Nadia, sin importar cuántos recursos tuviera que movilizar ni cuántas piedras tuviera que levantar.
En cuanto se sentó en el asiento de su coche, sacó su teléfono y marcó el número de Luciano. La llamada se respondió al segundo timbre.
—Hola, Rowan —contestó la voz del otro lado.
—Luciano, necesito que me hagas un trabajo urgente —dijo Rowan sin preámbulos—. Quiero que averigües qué pasó con Nadia Bennett.
—¿Nadia Bennett…? ¿Por qué estás pensando en esa c