Diciendo, se dirigió al despacho, pero con los guardias de seguridad, Jorge no pudo entrar.
No pudo evitar abrir la boca y maldecir con voz aguda y fina:
—Lorena, ¿de qué estás orgullosa? Sólo eres una mujer que nadie quiere, no creas que yo no sepa que te metiste en el asunto de ayer, perdiste a tu propio hombre y andas por todas partes, ¡mereces que nadie te quiera!
No sabía que Juan también participó, pensaba que era Lorena gastando dinero para vengarse de él.
Lorena no quiso hacer caso a este tipo de cabrón.
Les dijo a los guardias que llamarara a la policía si seguía así.
La grabación se desarrolló sin problemas por parte de la televisión.
Aquellos cuatro internos eran educados y trabajadores, y tenían personalidades agradables, cada uno con su propio estilo, especialmente Leticia.
El día que empezó la grabación, Lorena incluso acudió a la ceremonia de apertura.
Todos estaban presentes pero el personal dijo que había un invitado misterioso que no llegó.
Decían que era un bailarín