Capítulo 405
Elena levantó la barbilla y sonrió a Luis, —Anda, te está esperando, se llevará un chasco si no le haces caso.

Luis miró a la mujer que estaba a poca distancia mirando hacia él, arrugando la nariz.

No se acercó y dijo débilmente: —¿Qué pulsera te gusta? Te la regalo.

Cambió de tema.

Elena, que llevaba su bolso, dejó escapar una ligera carcajada y lanzó una mirada despectiva a Natalia, —No hace falta, tengo dinero y no dependo de los hombres.

Sonrió y tiró de Lorena, la pulsera era solo una excusa.

Las dos cogieron el ascensor enseguida.

Al ver que estaba de mal humor, Lorena suspiró: —Olvídalo si realmente no quieres, la familia Rojas no es un buen lugar. Tu madre siempre te ha querido, si insistes en no casarte, no te obligará.

Elena sonrió, sin mostrar sus verdaderas emociones, —No te preocupes, todo sigue siendo variable. No soy tan estúpida, todavía hay una diferencia entre compromiso y matrimonio.

Lorena enarcó una ceja aliviada al escuchar lo que quería decir.

Ella no p
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