Al hotel.
Javier y Aurora acompañaron a Lorena hasta la puerta de su habitación.
—Señora Suárez, ahora está herida, vaya a casa y descanse primero, su padre tampoco está preocupado.
Lorena sonrió y se miró el brazo:
—La reunión de mañana es más importante, así que yo me iré pasado mañana y tú te quedas duante los dos próximos días.
En un principio, Miguel iba a recogerla enseguida, y sólo porque ella era tan persuasiva luchó por un día más.
No podía dejar el viaje previsto a mitad.
Javier contestó:—Que le lleven la cena a su habitación más tarde.
—Bien.
Lorena no dijo que no, y después de la excitación nerviosa, tenía un poco de hambre.
Aurora se fue alegremente a comprar un montón de aperitivos locales y volvió, y Lorena salió de la ducha justo para probar algunos.
Al ir a dormir, vio un mensaje de Polo:
—Nos vemos mañana.
No era un hombre de muchas palabras, lo que significaba que también estaba aquí.
Lorena no contestó, colgó y se preparó para irse a la cama.
......
Al día siguiente