—¿Por qué ella está tan asustada por entrar al invernadero?— preguntó en voz alta, sin darse cuenta de que lo hacía.
Audrey y Lilly intercambiaron hondas miradas ominosas. Preguntándose si, quizás, Lawrence no le había comentado lo que había allí adentro que tanto atemorizaba a todos. Con la excepción del mismo Lawrence, claro está.Resignada a tener que ser ella la que hablara de un tema un tanto incómodo de la familia, Lilly posó su mano en el hombro de Lorette, atrapando su atención.—¿No te lo dijo mi hermano?— preguntó, recibiendo un rotundo no como respuesta — Bien… no sé cómo tratarán este asunto en tu familia, pero, quiero que sepas que entre los… ¿Cómo los llaman?¿Payos? En fin, entre los no gitanos, no está bien visto que se entierre al difunto en la misma casa donde ha habitado.Lorette volvió la vista al invernadero, pensativa. Ahora todo mucho más sentido. Lawrence no solo atesoraba ese lugar por haber sido un lugar donde su