Mundo ficciónIniciar sesión—¿Ya has llegado? —preguntó Valentina con serenidad. No parecía importarle mirar en dirección equivocada; confiaba en que Peni la guiaría bien—. La cena está por empezar. No hagas esperar a Papá. —Sonrió con esa dulzura suya que siempre desarmaba a todos.
Camila, sin embargo, lo miró con furia contenida. No podía creer el cambio tan brusco en la actitud de Alejandro. Se soltó de su mano con un gesto brusco y se acercó a Valentina, aunque Peni, como siempre, se interpuso con discreción, manteniendo cierta distancia entre ellas.
—Está bien —dijo Camila al fin, con una sonrisa fría, mientras lanzaba una mirada envenenada a la sirvienta, que bajó la vista enseguida para conducir a Valentina de nuevo hacia el comedor.La atmósfera en la mesa era insoportable. Doña Herrera no alcanzaba a comprender qué p







