Mundo de ficçãoIniciar sessãoCamila lloró sobre su pecho, empapando su camisa. Su respiración se volvió entrecortada, tan cargada de pena que dolía solo escucharla.
—Y si algún día tú… —intentó decir, pero Alejandro la interrumpió.—No cambiaré, Camila. Te amo. Solo a ti. Espera un poco más… yo siempre volveré contigo.
Camila lo miró con el alma hecha trizas.
—¿Y después? —preguntó, entre sollozos—. ¿Algún día se divorciarán?El brillo de la sonrisa de Alejandro aquella vez fue una promesa. Cada caricia que le daba era un juramento silencioso. Primero un beso prolongado en la frente, luego otro que descendió lentamente hasta los párpados húmedos de Camila, cerrados aún por el llanto. Poco a poco, sus labios recorrieron su rostro entero, arrancándole a Camila e







