25. Una prometida
Jayden Bowen
La sala VIP está tal cual como la recuerdo: sofás vintage de terciopelo rojo, mesas ratonas, grandes lámparas de araña y tapetes de piel bajo cada una de estás. Joyce nos acomoda en uno de los espacios más pequeños y alejados y yo le doy las gracias antes de invitar a Margot a sentarse. Ella lo hace mientras observa todo el lugar.
—Este bar es muy lindo— Dice y yo asiento en acuerdo, porque el lugar realmente lo es— La chica rubia se llama Joyce, ¿es ella la dueña?
—No, su padre lo es. Ella lo administra y también atiende cuando está muy lleno, como hoy.
En ese momento Joyce regresa con nuestras bebidas y vuelve a darle una mirada coqueta a Margot y esta, atrevida y descarada como siempre, se la regresa con esmero. Haciendo que Joyce ríe con ganas y le de un guiño antes de retirarse.
—Acabas de coquetear con Joyce. — Le digo, recalcando lo obvio.
—¿Molesto?
—Eso me hizo sentir muchas cosas, pero molestia no es una de ellas.
Margot, para mi total deleite, vuelve a sonrojars