Durante todo este tiempo he pensado lo peor; que la han matado, que la han secuestrado, que le han hecho cosas inimaginables.
La he buscado.
Y la he encontrado.
Y para ser sincero era preferible no haberla encontrado.
Durante estos meses he trabajado junto a Marion, esa mujer tiene el corazón de hielo en el trabajo, sin sentimiento centrada en encontrar a cada delincuente y hacer justicia. Pero con su familia desborda amor, he tenido la oportunidad de ser parte de su grupo de amigo y me ha abierto las puertas de su casa. Es una mujer inexplicable.
Un día llegué a la puerta de su laboratorio y le conté todo, no puedo decir el por qué me abrí con ella, fui sincero y le hablé con el corazón chiquitico y mis sentimientos quebrados.
Pedí ayuda.
Ya no sabía qué hacer con mi vida
No sabía qué hacer con Daniel
Estaba perdido, me deje arras