No sé cuántas horas han pasado, me he quedado completamente dormido junto a Daniel, sin querer molestarlo me acosté a su lado, pero no me di cuenta cuando me quedé dormido.
-Buenos días dormilón – pronuncia Daniel casi en un susurro.
Yo lo abrazo y le susurro en el oído.
-Juro que yo mismo te voy a matar si me sigues dando estos sustos.
-Era ella, la vi en la mañana y yo la seguí.
-Lo sé, ahora no hables, tienes que recuperarte- lo beso en la frente y en ese preciso momento entra la doctora de ojos hermosos.
-Interrumpo algo – coloca sus enormes ojos en mí.
-Mi amigo no es gay – murmura Daniel.
Y yo suelto una carcajada enorme.
-Sinceramente me lo estoy pensando- suelto sin más mirando el techo.
-No me hagas reír.
-Señor será que puede levantarse de la cama de su amigo o pareja.
Me levanto a regañadientes de la cama tan suavecita. Tengo años que no sé qué es estar en una ca