“Deja que te hagan feliz”
Elza.
Me sorprende que Elías no paré de hablar acerca de lo cómoda que es la casa donde crecí, camina de un lado a otro mirando con entusiasmo cada cosa en el lugar, la verdad a mí madre y a mí nos da un poco de vergüenza el hecho de que está por caerse y tiene varios agujeros en el techo por donde se cuela el agua cuando llueve.
Sube las escaleras a donde mamá le señala que pude cambiarse y lo hace como todo un niño feliz, casi le falta poco para dar brinquitos.
Ah no. Corrijo, lo acaba de hacer en la planta alta.
—Él es muy…—Camino tras de mamá a la habitación.
—Muy ¿Qué?—Pregunto.
Saco de la mochila que traje el vestido que Elías me regaló en el apartamento y dudo seriamente en si debo o no pon&eacut