“Bonita casualidad”
Elías.
Tres hamburguesas para Elza, dos para la señora María y dos para mí.
De igual forma sigue ganando la gótica en esta competencia de comida, claro que su madre y yo aún no comprendemos en que momento fue que decidimos tener una.
Empiezo a creer que solo fue una excusa para comer más y disimular ante la mirada de los demás. Una verdadera niñería si es así, pues a ella no debe de importarle lo que otros piensen siempre y cuando sea feliz.
—Entonces ¿se conocieron en el hospital?
Pregunta su madre y ella asiente convencida, la miro con el ceño fruncido y se queda confundida.
—No.—Elza me mira y deja de comer su quinta bolsa de papas fritas— ¿No lo recuerdas cierto?
—No…—murmura apenada y la señora Mar