‘‘Daisy Abernathy, ¿qué me estás haciendo? ‘‘Apoya su frente contra la mía’‘. No me esperaba esto ‘‘dice y siento que se le forman arrugas entre las cejas’‘. Eres como una droga. Una de la que no puedo tener suficiente. ‘‘Exhala lentamente’‘. No puedo sacarte de mi cabeza ni lo que se siente tenerte debajo de mí, rodeándome.
Él se aparta, agarrándose la nuca con la mano. Me muevo hacia su lado y mis ojos se fijan en sus labios fruncidos. Gira la cabeza para mirarme, su mirada casi refleja dolor.
Doy un paso adelante y ahueco su mejilla.
‘‘Esto. ‘‘Miro a mi alrededor’‘. Es una sorpresa. Eres la sorpresa más inesperada de todas. ‘‘Dejé que mi pulgar rozara sus labios, solo para que él se lo llevara a la boca. Siento mariposas en el estómago.
‘‘No eres lo que esperaba en absoluto ‘‘le digo, inclinando la cabeza y fijando mi mirada en la suya’‘. Estamos tratando de crear un niño. ¿Está tan mal si disfrutamos del proceso? No necesitamos mirar demasiado hacia el futuro ni analizar demasiado