"De nada. Recuerda, llámame si necesitas algo. Para eso estoy aquí".

Asiento, triste de verla irse.

Enciendo la televisión y cambio de canal, pero el dolor de cabeza me impide concentrarme. Maldito Aiden. ¿Por qué demonios acepté ir a tomar un café con él? Dudo que sepa siquiera que he tenido un accidente, o al menos espero que no lo sepa. Este es el último lugar en el que quiero tener que enfrentarme a él. ¿Cómo pude ser tan estúpida? Pero, de nuevo, no tengo a nadie a quien culpar más que a mí misma al final del día, es mi culpa. Si no me hubiera irritado tanto, no habría salido a la calle.

Una hora después, Adriana asoma la cabeza por la puerta.

‘‘Hay alguien aquí que quiere verte ‘‘dice ella sonriendo.

Collin camina a su alrededor.

“Gracias”, dice.

‘‘De nada, pero no puedes quedarte mucho tiempo ‘‘le dice ella, dando un paso atrás y cerrando la puerta.

Sé que estoy mirando cuando Collin se acerca a la cama.

“Un teléfono, un lector electrónico, un cambio de ropa, ropa de dormir, ar