Bran
El cementerio volvió a la normalidad, me refiero a la tierra, a su sitio y la neblina se disipó. En el cielo la aurora boreal sigue hermosa y los espíritus se fueron a sus asuntos de fantasmas. Estoy en el suelo sosteniendo a mi rayo de luz que no ha parado de llorar desde que Berwin se fue con Alinor, desplomada en sus brazos al plano de ella. El cuarteto en silencio mirando a la distancia.
—¿Melinoe, todo se restauró? —Calais se acercó hacia la hija de Hades y ella levantó sus ojos fríos hacía el tío.
—La diosa de la tierra, Ki, está conforme con la bestia. —Las antorchas aparecieron en sus manos y se apartó de Calais.
—¿El cuerpo de Galusan, lo devolverá? —Calais preguntó con Wendi a su lado.
—No será posible —respondió Melinoe caminando por el cementerio—. Galusan pertenece a la tierra —los espíritus, los pocos que quedaban se fueron detrás de ella—. Dile a Alinor, que ha dejado con la boca abierta a la diosa Ki, se le hizo difícil drenar su poder, mejor dicho no pudo.
Cala