Había terminado ese diseño muy rápido. Unos días después de que el programa les mostró la casa que debían remodelar, ya tenía el tema y el plan definidos. Los dueños se habían conocido gracias a una película musical, cuya canción final resumía toda la historia. Ese era el tema de su diseño: “Epílogo”.
Encajaba a la perfección con el estilo neovintage que los dueños querían y tenía la hermosa metáfora de un viaje que va del prólogo al epílogo. La inspiración le había llegado de golpe y los renders finales eran perfectos. En su equipo, ni siquiera Elena pudo decir ni pío al verlos. Entonces, ¿cuál era el problema?
Él se secó las manos y le explicó con toda calma:
—Muchos de tus conceptos de diseño, incluso los renders, tienen un aire muy académico. Pero los dueños son gente normal. Una casa no es una galería de arte; la funcionalidad siempre va primero.
En otras palabras: era bonito, pero inhabitable.
Ella quiso rebatirle por instinto, pero de repente no supo ni por dónde empezar.
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