Capítulo 21

A Miranda le irritaban profundamente las personas con complejo de víctima. Había pensado en ofrecerle un par de palabras de consuelo simbólicas, pero con esto, se ahorró la molestia.

Se puso las gafas de sol con indiferencia y se alejó con aire desenfadado, el taconeo de sus zapatos resonando con cada paso.

Las palabras de Estela no afectaron en lo más mínimo el ánimo de Miranda para probarse su vestido.

Ya se había probado una versión preliminar de aquel vestido de tul y encaje color rosa pálido, y el sastre había hecho ajustes adicionales según su figura.

Una vez terminado, quedó bastante satisfecha con el resultado final.

Pidió que le grabaran un video corto y se lo envió a Bianca.

Esta debía estar ocupada, porque no lo vio y tardó en responder.

Entonces, en un impulso, le añadió un filtro coqueto y se lo envió también a Guillermo.

[¿Qué tal? Mi vestido nuevo.]

Cuando Miranda envió el mensaje, en la capital ya había caído la noche. Un manto gris azulado cubría el cielo y las luce
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