Sibelle
- Espérame en la habitación roja.
Maldición, estoy arruinada... Ayúdame...
Su voz me da escalofríos, realmente tengo miedo ahora.
Me apresuro a salir del lugar, creo que está realmente muy, muy enojado
y ni siquiera sé por qué. ¡No he hecho nada malo! Tomo el ascensor y
dudo en la entrada de esa habitación, no tengo ganas de entrar, tengo miedo de lo que podría recibir como castigo. ¿Y si me encierro en mi habitación? Para cuando él la abra, ¿su enojo podría haberse calmado?
Voy rápidamente a mi habitación para no encontrarme con él frente a esa puerta y que me obligue a entrar.
Me encierro con llave, pongo todas las cerraduras de la habitación, y me siento en la cama. No puedo
acostarme, no puedo quedarme tranquila, espero a que llegue y trate de abrir esa puerta, no tengo intención
de ser castigada otra vez. Aún recuerdo mis nalgas adoloridas, después de la última vez.
El águila real
Marco me irrita con sus convicciones, cree tanto en el amor, me sorprende
de un tipo como él