—¡Qué prometido ni qué nada! ¡Ese tipo es un traicionero de lo peor! Menos mal que mi amor es lista y se dio cuenta de sus engaños antes de casarse, ¡si no se habría metido en un lío terrible!
—Hermano, ¿no puedes investigar bien las cosas antes de venir a contarme?
—¡Imagínate si yo fuera de esos orgullosos que no admiten cuando se equivocan, mi relación habría pasado de historia de amor a puro drama!
—¡Diego, eres el que me complica la vida amorosa!
Matíasse desahogó por teléfono, furioso como nunca.
***
Diego trabajaba en su oficina cuando llegó aquella avalancha de reclamos. Los mensajes no dejaban de sonar hasta que revisó el celular y no pudo contener una risa amarga.
Ciertamente acababa de confirmar los hechos y admitía haber actuado sin pensar.
Entonces se le ocurrió una idea perfecta. Al final, aquello no estaba bien del todo, pero tampoco tenían cómo reclamarle. Siempre podría decir que defendía a su futura cuñada. Con esa excusa se sintió mejor y puso el celular de su herman