- Bien, aquí hay un lugar desde el que podemos disfrutar de la puesta del sol, justo ahí arriba –
Dijo el hombre, mientras señalaba el lugar del que hablaba, la mujer siguió a Leandro a la zona apartada, lejos de los sonidos de los motores de la autopista, los dos miran una roca saliente que les llama la atención.
Leandro se detiene y señala la roca sonriendo, la sonrisa de él fue diferente a la que ella había mirado, fue más suspicaz, como provocativa.
- ¿Ahí arriba? –
Pregunto la mujer un poco sorprendida, mirando hacia la roca.
- Si ¡vamos! –
Exclamo el hombre, mientras él, primero subía en la roca, antes de ayudar a la mujer a subir.
Desde ahí arriba, el sol se presenta en toda su gloria.
- Es bonito ¿verdad? –
Habla el hombre admirando el paisaje.
- No tengo palabras –
Contesta ella, mientras disfruta de los rayos del sol de la tarde, siente el aire suave y placentero rozándole el cabello.
- Gracias por traerme aquí… -
Habla ella entre su asombro.
- Y sigue sin ser la cosa más bo