Mi Compañero: Sin Arrepentimiento, Sin Retorno
Mi Compañero: Sin Arrepentimiento, Sin Retorno
Por: Lisa bean
Capítulo 1
—Mamá... no completamos el vínculo —dije en voz baja, con el teléfono pegado al oído—. Elena se torció el tobillo durante los entrenamientos de la Manada, así que Diego fue a la clínica para quedarse con ella.

No lloré, ni siquiera me sentí sorprendida, porque ya había pasado demasiadas veces. En algún momento, dejas de esperar el dolor... simplemente esperas la decepción.

Se escuchó una inhalación aguda del otro lado de la línea. Entonces, mi madre explotó.

—¡¿Lo reprogramó?! ¡¿Así nada más?! Los invitados de hoy... ¿sabes cuántos de ellos son Alfas de alto linaje? ¿Miembros del Consejo? ¡¿Crees que vinieron a verlo jugar con tu vida?! Si esto se sabe... ¡ni siquiera pensó en lo que esto te hace a ti! ¡A nuestro nombre!

Entonces, de repente, se quedó callada.

El silencio ya no era rabia. Era... resignación, como si algo dentro de ella finalmente hubiera hecho clic.

—Recuerdo —dijo suavemente—. Todas las veces que te quedaste. La forma en que seguías doblegándote, esperando que él eventualmente te encontrara a mitad de camino. —Tomó una respiración larga. Luego, su voz se tranquilizó de nuevo, más gentil esta vez—. Entonces... ¿quieres que hable con su familia? ¿Tal vez reprogramar la ceremonia para la próxima semana? O... ¿tienes otros planes?

Miré hacia la ciudad, al concreto frío bajo mis pies y el certificado de vínculo de compañero aún sin firmar en mi bolso.

—No —respondí, mi voz no tembló—. No voy a seguir adelante con esto. —Hice una pausa antes de continuar—: Ya no voy a seguir con Diego, voy a regresar a La Cresta, de vuelta a mi Manada.

Tres días.

Eso era todo lo que me quedaba en esa ciudad. Ya había empezado a empacar... lentamente y en silencio, como si hacer demasiado ruido pudiera hacer que alguien me detuviera, aun cuando sabía que nadie lo haría.

Habíamos planeado ver una película ese día, había sido su idea, dijo que extrañaba pasar tiempo conmigo.

Hasta me maquillé, pero lo esperé en el cine durante veinte minutos antes de revisar mi teléfono.

«Surgió algo. Elena tiene fiebre después del entrenamiento de ayer, así que voy para allá. Perdón.»

No respondí, pero, justo después, llegó otro mensaje.

No de él, sino de ella.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App