Mundo ficciónIniciar sesiónDamian POV
Cabalgamos hacia el norte como si el mismo infierno nos pisara los talones, y en cierto modo, así era.
Dos días de viaje infernal, sin apenas descanso, empujando a nuestros caballos hasta el límite y más allá.
El paisaje se transformó de los bosques templados de mi hogar a una tundra helada y luego a las estribaciones de las montañas. El aire se volvió fino y tan frío que quemaba los pulmones con cada bocanada.
Y entonces, lo vimos.
El Bastión de la Noche Eterna.
La descripción que Aila nos había dado no le hacía justicia. No era una fortaleza, era una blasfemia contra







