Kael POV
El eco de mi propia voz todavía resonaba en la sala del consejo, una promesa de fuego y justicia que había dejado a los nobles conspiradores pálidos y silenciosos.
Por ahora. Sabía que el miedo era un bozal temporal, no una cura.
Si quería recuperar a Aila, si quería salvar mi reino de la guerra civil que Gregor ansiaba, no bastaba con hacer amenazas. Necesitaba la verdad. Una verdad tan irrefutable que ni el más astuto de mis enemigos pudiera retorcerla.
Mi mente, que durante días había sido un torbellino de dolor y rabia confusa, ahora estaba clara. Afilada.
La furia no se había ido, pero ya no era un incendio forestal sin contr