Aila POV
—Recházala.
La voz de Valeria resonó en la azotea, una sentencia que el viento aullador parecía querer llevarse. Mi visión, que apenas comenzaba a aclararse, se enfocó en la escena de pesadilla frente a mí. Damián, de pie y paralizado.
Y Valeria en el borde, sosteniendo a mi hijo, a mi pequeño Kaelen, sobre un abismo de muerte segura.
Estaba apoyada en el brazo de mi hermano, quien me había encontrado y me había ayudado a subir las escaleras, pero en ese momento, su fuerza era lo único que me mantenía en pie. Mis piernas amenazaban con ceder. Cada fibra de mi ser quería gritar, correr, atacar, pero estaba demasiado débil, demasiado rota. Solo podí