Valeria POV:
La paciencia es una virtud de los santos y de los muertos, y yo no era ninguna de las dos cosas.
Me moví a través del bosque oscuro como una plaga, como una sombra con un propósito. Detrás de mí, un ejército heterogéneo de resentimiento y sed de sangre me seguía en silencio.
A mi derecha, los nuevos vampiros, los que habían sobrevivido a la purga de Alejandro, jóvenes, imprudentes y hambrientos de venganza.
Sus ojos rojos brillaban en la oscuridad como ascuas de odio. A mi izquierda, una chusma de lobos pícaros, los desterrados, los sin manada, los que odiaban a los Alfas establecidos y sus reglas. Los había unido con promesas de poder, de territorio y, lo m&aacut