Mundo de ficçãoIniciar sessãoLa exposición comenzaba a apagarse como una hoguera que había brillado intensamente durante horas. Las conversaciones disminuían, las risas quedaban relegadas a pequeños grupos, las copas se vaciaban con lentitud y los fotógrafos recogían su equipo mientras la música ambiental descendía a un murmullo suave.
Valeria caminaba entre los últimos invitados con esa nueva serenidad que todavía le resultaba extraña, pero no incómoda. Había sobrevivido al golpe. Había vuelto con fuerza. Había hablado, sonreído, dado la cara. Y ahora, mientras los focos se iban apagando uno a uno, respiró como si la noche le devolviera un pedazo de ella misma.
Leonard estaba a unos pasos detrás, sin al







