Capítulo 25 Mentiras y dudas

Alba sintió el tiempo desmoronarse cuando la hoja resplandeció bajo la lámpara de la cocina. Lía, con los ojos inyectados y la respiración entrecortada, blandía el cuchillo como si fuese un cetro. Un instante después se lo pasó por la piel, dejando una línea roja que abrió su carne y soltó un chorro oscuro. El corte se extendió desde el codo hasta la muñeca, y Lía soltó una carcajada chirriante, como metal sobre cristal.

—¿Ves lo que me obligas a hacer?, siempre obligándome a ir a los extremos, maldita perra —silbó, dándose dos bofetadas que avivaron sus mejillas en un carmesí enfermizo—. ¡Todo por culpa tuya!

Alba, paralizada, volvió en sí, alejando aquellos escalofriantes momentos de hacía un par de horas antes y trató realmente de que no se le cerrara la garganta de pánico. La puerta de la habitación se abrió y la mujer vio a Ernesto entrar con una bandeja en la mano.

—¿Te sientes mejor? —dijo Ernesto mirándola con ternura—. Sé que lo que sucedió hace un par de horas fue… bueno, co
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
capítulo anteriorpróximo capítulo
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App