— Rebeca Miller

Él se acercó a mí y me tomó por los hombros. Su mirada estaba llena de lágrimas, y su voz temblaba al hablar.

—Cuando te escuché decirle a tu padre que amabas a otro hombre… sentí un puñal atravesándome el corazón, Rebeca. —Sus palabras me helaron el alma—. ¿Te imaginas cómo me sentía ese día? Fue el peor día de mi vida. Me llené de rabia, de odio… hacia ti, hacia mí, hacia todas las mujeres. Amelia me había engañado, y cuando por fin estaba decidido a comenzar una nueva vida contigo… te escuché decir aquello.

Me quedé muda. Mi respiración se volvió entrecortada, y mis manos comenzaron a temblar. Charles continuó, con la voz rota:

—Ese día todo dentro de mí se derrumbó. Sentí que el mundo se me venía abajo, Rebeca. Pero también… —Hizo una pausa y llevó ambas manos a su cabeza—, también me di cuenta de algo. Me di cuenta de que te amaba.

Me llevé las manos a la boca, intentando contener el llanto. No podía creer lo que estaba escuchando. Charles Schmidt, el hombre que d