Después de haber visto a Amanda no podía dejar de pensar en ella y aunque tener a Angie frente a mí no significaba nada, su actitud podía hacerme cometer una locura. Sin embargo, no quería ni podía hacerlo.
―Angie, detente―dije apartando sus manos de mi camisa.
―Perdóname.
―No tengo nada que perdonarte. De nuevo te repito que ese beso no significó nada y te pido que por favor se lo aclares a Dominic.
―No quiero verlo…le pedí el divorcio.
―Estas pasando los límites de nuestra amistad. Te haré la reserva en un hotel por un par de días. Despeja tu mente y resuelve lo que tengas que resolver, pero acá no puedes quedarte.
Me aparté de su mirada unos segundos, llamé a un hotel cercano a la editorial y le hice la reserva por tres días. Era lo mínimo que podía hacer por ella.
―Claro, es obvio que prefieres a Nora… o quizás alguien más te interesa.
―Puedes parar con tu ridiculez… Lo que te tiene que quedar claro es que tú no me interesas como mujer… Lo lamento.
―No tienes que lamentarlo―Me mir