De nuevo me enfrentaba a Amanda, a esa sensación única que despertaba dentro de mi ser con solo pensar en su nombre. Sabía que sentía lo mismo, que me amaba, pero también entendía las razones de su distancia. Sin embargo, era algo que no quería aceptar.
No podía alejarme de ella y menos para darle el paso a los hombres que pagan por estar a su lado y que muchos van a querer aprovecharse de ella. Solo pensar en eso me hacía sentir muy mal, desesperado. No podía permitirlo, y por eso debía buscar una solución.
Aunque Amanda me obligara a apártame de ella, nunca iba a hacerlo.
En medio de mi desespero, busqué a algunos abogados y les conté su caso de manera muy confidencial. No podía permitir que nada de eso, nada de su vida saliera a la luz solo por estar en medio. Sin embargo, las esperanzas eran muy bajas, el proceso largo y podría ser peor para ella. Preferí no perder más tiempo en esa opción y tomé otro camino que, aunque significaba alejarme de ella, garantizaría un poco su tranqui