De nuevo me había ausentado de un encuentro con el hombre misterioso. Me sentía mal por mi actitud, él había sido ese pequeño instante de paz en medio de todo lo que ahora se había convertido mi vida. Ser parte del Luxury había acabado con Amanda definitivamente.
Se acercaba la hora de un nuevo encuentro y esta vez no podía fallarle, le había prometido compensarlo de alguna manera, pero no sabía qué hacer. Al final lo importante era asistir y en eso no iba a fallar nuevamente.
Al día siguiente, según lo acordado con el Dr Beltrán, era momento de la operación de mi madre. Ya había cumplido con mi parte del trato y, aunque era una huella que iba a quedar en mi piel para siempre, lo que me importaba en ese momento era ver a mi madre de regreso a casa.
Llegué al hospital, hablé con algunas enfermeras y me confirmaron que todo estaba listo para la operación. Me sentí muy alegre, pero a la vez con miedo de que todo saliera bien y que el doctor no volviera a molestarme nunca más. Pasaron un