Después de recibir la inesperada visita de Fabián quedé muy pensativa y debo admitir que también un poco confundida. Antes lo admiraba, lo respetada, después lo odié, pero ahora no sabía muy bien qué sentía. Todo era muy extraño.
―¡Es tan guapo! ―dijo Alison suspirando a mi lado, mientras aún estaba de pie cerca de la puerta―. Y huele tan bien, aún se siente su perfume―añadió levantando su rostro y cerrando los ojos para sentir la fragancia que, aunque me negaba a admitir, olía muy bien.
―¡Déjate de bobadas!―exclamé cruzándome de brazo al mismo tiempo que caminaba al sofá.
―Es muy obvio que le gustas. ¡Te lo dije!
―¿Y acaso eso es algo que se deba festejar?
―No te molestes conmigo…
―Claro que sí, sabes que significaba Fabián para mi antes de conocerlo, lo que significó después de verlo la primera vez y…
―¿Y? ―preguntó con gran curiosidad y una amplia sonrisa que no podía disimular.
―Y nada…. ―respondí enojada y me levanté para retirarme a mi habitación. No quería seguir con esa conver