ARIA
Cornelio apenas tiene tiempo de esquivar el primer golpe cuando Seik se lanza sobre él con un rugido contenido, directo como un rayo. La sala tiembla con el estruendo del impacto. El golpe es brutal, pero Cornelio lo recibe con una sonrisa torcida, como si lo hubiera estado esperando.
—No puedes vencerme —escupe, antes de estrellar su puño contra el rostro de Seik con una velocidad abrumadora.
El cuerpo de Seik se tambalea hacia atrás, pero no cae. La sangre brota de su ceja abierta, manchando su rostro, pero sus ojos siguen ardiendo.
Roberto rodea a Cornelio por el flanco izquierdo. Su cuerpo comienza a transformarse. Sus ojos brillan con un fulgor ámbar y los colmillos asoman entre sus labios cuando se lanza sobre él como una sombra letal. Cornelio, con un movimiento preciso, lo arroja contra la pared y se gira justo a tiempo para detener el ataque de Kevin por detrás. Lo sujeta del brazo y lo tuerce, obligándolo a caer de rodillas con un grito de dolor.
—¿Tres contra uno? —esp