ARIA
La semana está siendo una locura. Seik, Roberto y los soldados veteranos pasan horas encerrados afinando estrategias de combate o preparando a los más jóvenes. Otros miembros de la manada preparan los escondites para las familias, organizan provisiones y distribuyen los productos curativos que elaboran las brujas. Todo mientras acondicionan espacios para recibir a los hombres lobo forasteros que vendrán a ayudarnos.
El ambiente está cargado de nervios. Y no es para menos: el destino de nuestra manada pende de un hilo.
Mis entrenamientos con Zacarías se han vuelto más intensos y exigentes. Aunque los rastreadores no entraremos directamente al territorio del clan Kalo, estaremos apostados en los alrededores, listos para actuar como segunda línea de defensa o si algo sale mal.
Mi cuerpo está al límite. Entumecido, tenso, dolorido. La verdad es que últimamente me siento más cansada de los normal, por eso, cuando finalmente tengo un momento de respiro, decido escaparme a las aguas