Al día siguiente
Filadelfia
Violet
La duda es un gusanito silencioso que se cuela en tu vida sin pedir permiso, se esconde en rincones que ni siquiera sabías que tenías y empieza a morderte desde adentro. Lo peor no es que te robe la paz: es que te arranca la confianza, te quita el aire como un pulmón colapsado. Y como si no bastara, nunca te da certezas inmediatas. Es como estar en medio de una cirugía a corazón abierto sin encontrar el origen de la hemorragia.
Entonces no queda más remedio que hundir las manos en el cuerpo del paciente, palpar a ciegas entre tejidos y sangre, con el tiempo corriendo en tu contra. Porque si no lo haces, si dudas un segundo de más… el paciente se te muere en la mesa.
La vida se siente exactamente así: un quirófano donde la anestesia nunca alcanza, donde la única opción es decidir y cortar antes de que sea tarde.
En mi caso, no quería darle espacio en mi cabeza, pero las palabras del imbécil de Galvin me sacudieron más de lo que admitía. Por mucho que