Tiara
Nunca me imaginé escapando de mi casa y aprendiendo a surfear. Estoy en la arena con Ken, me está enseñando cómo remar hacia la ola. Me encuentro acostada en la tabla y simulando los movimientos. Estoy ansiosa, un poco nerviosa, pero no me quitaré. Mi primo está sentado en la arena con una cara de pocos amigos y piensa que perdí la cabeza. Tal vez la perdí, solo sé que Kendrick me reta a vivir y siempre amaré esta sensación. Me siento útil, respiro sola y me siento volar.
—Recuerda, vas con la tabla caminando hasta que el agua te llegue a la cintura —Kendrick simula que está entrando en el agua con las manos y se ve chistoso—. Luego te acuestas en la tabla y remas.
—Entiendo, Ken —sonreí.
—Remamos —él todo serio—, cuando venga una ola haces el pato…
—Sí, tengo que pegar la nariz a la tabla —terminé por él lo que ha repetido varias veces—, me impulso con el pecho y hago el pato —al darse cuenta de que ha sido intenso sonrió Ken—. Copiado, estoy recopilando todo.
Él está tan em