Ximena, con el corazón lleno de calidez, se apoyó suavemente en el hombro de Lisandro.
—Nuestro Mateo sí que sabe ser un buen hermano.
—Sale a su padre, sabe asumir responsabilidades.
—Haciendo todo esto sin decirme. —Ximena le pellizcó a Lisandro en secreto—. Ya verás cuando lleguemos a casa.
—Me p