Capítulo 151 Una mañana feliz

Silvina no siguió preguntando por Rosa y Wilson, y Leonel tampoco dijo nada.

Esa especie de complicidad se sintió bastante agradable.

Cuando ya habían descansado lo suficiente, Leonel llevó a Silvina y a Alicia de regreso a la casa.

Era la primera vez que Alicia pisaba el lugar donde vivía su hija con su yerno.

Cuando llegó frente a aquella enorme mansión en un terreno donde cada metro cuadrado valía una fortuna, se quedó en estado de ensueño.

Bueno, de hecho, cuando Silvina llegó por primera vez también tuvo la misma reacción.

Todo allí era sencillamente demasiado hermoso.

Al llegar a la puerta, Janet ya había recibido la noticia y esperaba felizmente para darles la bienvenida:

—Señor Leonel, Señora Leonel, han regresado. ¡Señora Alicia, bienvenida!

Alicia se sintió halagada en exceso.

—Mamá, ella es Janet, la encargada de todas las criadas. Y aquel es el mayordomo, responsable de los sirvientes y de la administración general de la mansión —explicó Silvina, presentándolos a Alicia.

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