Lacie Aetón es una chiquilla inocente, siempre ha vivido protegida por su familia, su única pasión es su admiración por empresario Renaldo Alessandro Ferrari, cuñado su hermana, hasta que un día manera equivocada entra a su habitación y se queda dormida, cuando hombre se acuesta en su cama ebrio, producto del abandono de quién cree la mujer de su vida, termina teniendo 0 con ella, esa noche hubo consecuencias, y las familias ambos están dispuestos a subsanar error, así tengan que celebrar un matrimonio obligado.Renaldo está furioso por esa decisión y sus planes son hacer de la vida de la chica un infierno hasta que se arrepienta, porque él ya conoció el amor y sabe que nunca lo sentirá por ella.
Leer másCon una sonrisa, Roberto llevó a Renella a la suite del avión. El interior era hermoso y acogedor con un diseño moderno, lleno de detalles románticos en todas partes. Desde el suelo de madera hasta los cristales curvados que se extendían por las paredes, proporcionando una sensación de intimidad e infinito. En medio del salón había un sofá con almohadones bordados con tonos dorados para sentarse. Renella sonrió alegre cuando vio que Roberto había decorado el avión con rosas blancas y rojas, en el suelo había una alfombra de pétalos rojos y ella no podía dejar de sonreír. La cama era grande y suave, con un edredón blanco perfectamente arreglado.—¿Te gusta? —le preguntó abrazándola por la espalda, mientras descansaba su quijada en su hombro.—¡Me fascina! Es todo tan bonito, ¿Contrastaste a alguien para que lo hiciera?Roberto negó con la cabeza.—¡Claro que no! Yo mismo me hice cargo… era un momento especial que quería disfrutar contigo… no podía delegar en nadie la felicidad de mi e
Finalmente, llegaron a la recepción de su boda. El carruaje se detuvo frente al hotel y los invitados esperaban emocionados en la entrada para recibirlos. Apenas vieron a los novios empezaron a aplaudir, estos se abrieron paso entre ellos hasta el vestíbulo del hotel, donde un camarero los guio al salón ubicado en los jardines de la propiedad.Era una sala hermosa y llena de luz, con grandes ventanales que daban al jardín y un horizonte infinito. A Roberto y Renella les embargó una inmensa felicidad al ver todos sus familiares y amigos reunidos allí para celebrar ese gran momento con ellos; la sala estaba preciosa, las mesas estaban preparadas y el aroma de las flores exóticas llenaba el ambiente. Roberto tomó a Renella entre sus brazos y la levantó con una sonrisa en los labios, ella respondió emocionada con una expresión radiante en su rostro, mientras caminaba con ella a la pista para tener su primer baile.Todo el mundo se quedó callado, mirándolos expectantes mientras escuchaban
Una semana después Renella se despertó emocionada, no podía creer que ese día por fin uniría su camino con el hombre que siempre había amado, era una sensación indescriptible, como si estuviera soñando. Se levantó temprano, para dar tiempo a prepararse para el gran día. Ella cavilaba lo bien que había salido la organización de la boda y como sus familiares y amigos se habían esforzado al máximo para hacer que todo estuviera perfecto. Ya tenían casi una semana en Barcelona, donde celebrarían la fiesta de boda, era un hermoso y lujoso hotel de los tantos propiedad de los Sebastini.Enseguida fue rodeada de su madre, abuelas, tías, primas, incluso Ornella se les había unido, era un gran bullicio, todas emocionadas y aportando ideas para que luciera más deslumbrante, sin embargo, eso no evitaba que ella se sintiera nerviosa.Primero empezaron por maquillarla, en colores suaves, sutiles y elegantes, los ojos verdes destacaban en el rostro de Renella, resaltados por sombras oscuras y del
Por un momento Roberto la miró de pies a cabeza sin decir nada, se quedó estático producto de la sorpresa ante la presencia de quien era su madre biológica, era la primera vez que la veía. La mujer llevaba un vestido sencillo, pero alegre, con colores pasteles.Ella miró a Roberto y le dijo:—Esperaba conocerte por fin… te pareces mucho a tu padre cuando era joven —dijo ella sin darse cuenta de que el aludido estaba justo detrás de Roberto, sin embargo, ella estaba tan sumida en conocerlo, en grabar en su mente cada detalle de su rostro que el resto del mundo dejó de existir.Roberto se mantenía en silencio, por la sencilla razón de que no quería ser grosero, pero para él su única madre era Lacie. Justo en ese momento apareció la mujer, y rompió el silencio, se acercó a ella para saludarla.—Mucho gusto Ornella, soy la madre de Roberto —dijo la mujer con determinación, aunque sin dejar de ser amable.—Hola, mucho gusto es un placer conocerte… —como la mujer se sorprendió de la belleza
Los días empezaron a pasar con rapidez, mientras los preparativos de la boda seguían su curso, por fin sus padres llegaron, se veían más felices y compenetrados que nunca y Roberto pudo respirar aliviado, al quitarse la responsabilidad de sus hermanos, apenas los recogió les preguntó por sus vacaciones.—¿Cómo les fue? ¿Les gustó? —interrogó mientras ellos permanecían serios, hasta que segundos después soltaron las carcajadas, y la primera que habló fue su madre.—No sabía que tenía un hijo tan ingrato… es que debería castigarte hasta que cumplas los sesenta años —Roberto abrió los ojos sorprendido, porque era la primera vez que su madre le decía algo así—. Y no me mires de esa manera… si nos hubieras dicho de tus clubes desde que los tienes ¡Por Dios! ¡No me hubiera perdido años de felicidad! —exclamó sin dejar de sonreír.Allí entendió todo y su rostro se cubrió de carmesí.—¡Por Dios! No hablen de esas cosas, me siento avergonzado… no me cuenten nada de eso, no crean que es fácil
Renella bajó del escenario y salió corriendo a abrazar a Roberto, uniéndose en un beso de amor que duró hasta que la gente empezó a reclamar la presencia de ella.Los dos tomaron sus manos, cuando ella iba a subir al escenario, el joven iba a apartarse, pero Renella lo haló y lo llevó al centro del salón junto con ella para recibir los honores por su actuación, aunque él trató de negarse, la chica insistió hasta que la acompañó, cuando le tocó hablar, le dedicó su actuación y las palabras de agradecimiento a Roberto.“Desde que tengo conciencia de todo, como de dos años de edad, el baile ha sido parte importante de mi vida, cuando bailo siento una profunda conexión conmigo misma y el mundo que me rodea, es como si el baile liberara todas mis emociones y me permitiera sentirme libre. Me encanta contar historias a través de mi danza, y este es el lugar perfecto para hacerlo y hoy quiero darles las gracias a todos por este momento, por sus aplausos, por el interés en ver mi presentación,
Los días fueron pasando, ya quedaban escasos dos días para que sus padres regresaran de su viaje, a Roberto le había parecido eterno, cuidar de sus hermanos casi adolescente no era fácil, porque ellos querían más libertad de la que él estaba dispuesto a darle sobre todos porque había recibido unos sobres amenazándolo, tenía una gente investigando, solo esperaba que pronto dieran con los responsables, pese a ello, decidió sacar a Renella, quien durante toda la semana había pasado muy ocupada por los preparativos de la boda. Ella estaba recostada cuando él llegó.—Mi amor ¿Quieres salir? —le preguntó y los ojos de la joven brillaron con emoción.—Pero creo que no podemos, no podemos dejar a Rómulo… sin mis padres, los muchachos y nosotros fuera, se va a sentir mal —dijo la chica, que aunque quería salir, le parecía más importante la estabilidad de su hermano.—No te preocupes por eso, da la casualidad que mi abuelo Taddeo vino a buscarlo para pasar el fin de semana con él, sabes que a e
Ante la confesión de su hermano, ninguno pudo evitar sorprenderse, y miraron a Roberto para ver su expresión, incluso se imaginaron un enérgico reclamo, pero este estaba sereno, la confesión de Romeo ni siquiera lo había inmutado.—¿Y qué tiene que ver eso con tus notas? ¿De qué manera la relación con esa profesora provoca que tus calificaciones sean malas? —interrogó el chico, sin prestarle demasiada atención al hecho de que su hermano estaba involucrado con una profesora.—Porque no entro a clases para salir con ella —dijo bajando la vista sintiéndose avergonzado.—¿Y esa profesora sabe que estás haciendo eso para poder verte con ella? —ante la pregunta de su hermano mayor, el chico negó con la cabeza.—No, ella no sabe, cada vez que salimos juntos le hago creer que no tengo nada pendiente.—O sea que la estás engañando —no fue una pregunta, si no una afirmación y continuó su interrogatorio —¿Cómo se llama? ¿Es muy mayor a ti? —Se llama Salomé y tiene veintitrés años… ella no sabe