Al caer el líder de toda esta locura, los sobrevivientes se entregan causado que en el lugar donde nos encontramos hayan más de veinte personas arrodilladas y con sus manos en la cabeza.
— ¿Ahora comprendes que somos muy buenos en lo que hacemos? — pregunta Maximiliano sonriente.— Sí, son buenos.Uno a uno lo registran nuevamente por si tienen armas ocultas y yo me quedo a un lado dejando que ellos se hagan cargo de eso que saben hacer perfectamente, mientras las mujeres que han sido heridas, me observan con mucho odio.— Puedes reírte si lo deseas, pronto también estarás aquí, maldita bastarda.— Lo siento, pero yo no me burlo de las desgracias de los demás ni mucho menos disfruto causando daño.— Puedes engañar a quien desees, pero, no a nosotros. Tú no eres una mujer confiable y pronto demostrarás tu naturaleza. Este mundo e