Intento pensar en cada una de las situaciones complicadas en las que Maximiliano y yo he sobrevivido para no dejarme llevar por los celos que amenazan por poseerme completamente.
Es por eso, que escribo su número de teléfono y lo llamo con el fin de calmar todo resolviendo dudas con lo que me diga. Por fortuna, apenas lo llamo me contesta a un poco alterado.— ¡¿Le ha pasado algo a la bebé o a ti?! — exclama Maximiliano con la preocupación que lo caracteriza.— No, nosotras nos encontramos bien.— Entonces, ¿por qué me estás llamando? — pregunta Maximiliano y yo suspiro profundo para no gritarle.‘Sin duda ha realizado una mala elección de palabras.’ Me digo mentalmente.Me quedé en silencio durante varios segundos porque no quiero gritarle al hombre que ha comenzado a actuar como un tonto.— Parece que no quieres hablar conmi