Sayer observándome con tristeza, coloca su mano sobre mi hombro intentando consolarme, pero, ¿Cómo podría uno consolar a una bomba que no sé sabe cuándo va a estañar, pero sabe que de esa magnitud de daño nadie puede recuperarse?
Por fortuna, él no me da soluciones dolorosas ni tiene una conversación incomoda, solo se queda en silencio esperando que yo me sienta mejor y así ayudarme a ir a mi habitación para después marcharse.En el silencio de mi habitación analizo todo en mi vida, puedo irme, podría intentarlo, pero, con mis pies heridos, mi terrible salud y mi nulo conocimiento del lugar, no avanzaría siquiera un kilómetro antes de terminar perdida.— Es una pérdida de tiempo siquiera intentarlo. — susurro decepcionada.— Buenos días, linda. — dice mi hermana y yo le sonrío.Alguien toca a la p