Quería atenderlo de una forma no sexual, pero íntima y placentera, pero tal parece que mis planes serán arruinados porque el hombre que limpia mi cuerpo me hace girar y caer sobre la cama donde sé que tengo mucha desventaja.
— ¿Te había dicho antes que me encanta como tus pechos rebotan? — pregunta Maximiliano completamente eclipsado por mis senos.— No, no lo habías dicho.— Que falla la mía. — dice él tomando mi pierna para comenzar a secarla mientras permite que mi pie use como soporte su firme pecho.‘¿Cómo puede tener tanta calma con su arma apuntándome mientras mis piernas están abiertas y a su merced?’ me pregunto.Intento pensar en los lugares a los que quiero ir y todos esos planes por los que sufrí al no haber visitado aunque llevo toda mi vida en un mismo país. Porque eso fue lo segundo que pensé