Mis palabras tensionan el cuerpo de Maximiliano y por eso, me alejo un poco para correr lejos de él, porque realmente estoy muriendo de la vergüenza. Pero, sus brazos me abrazan con fuerza y yo siento como mi corazón se acelera y no precisamente por mi problema cardiaco.
— Maximiliano…— ¿Qué acabas de decir?— Por favor, no me hagas repetirlo. No quiero aumentar mi vergüenza.— ¿Por qué te avergonzaría decirle a tu esposo que te estás enamorando de él?— Te lo dice una moribunda. — corrijo y eso hace que él me haga girar tan rápido que me mareo un poco.Sintiendo que el mundo se me puede oscurecer y no despertar por un tiempo, cierro los ojos deseando que mi cuerpo se adapte rápido a esto, porque quiero y necesito hablar con él sobre lo que siento.— Lo siento, se me olvidó por completo que es